domingo, 13 de marzo de 2011
Una noche sin brillo
Ayer mientras disfrutaba de una noche de chicas, en mi adorado San José, me encontré con una muñequita deslumbrante. Debo confesar que me sentí realmente agobiad@ y un poco irascible con esa niña. La muy descarada se robó la mirada de todos los chicos del Bar... ¡Cuánto veneno me carcome cuando no soy la reina de la fiesta! Pero debo confesar que anoche esa princesita me ganó todo.... ¡Qué rabia me da admitirlo!
La niña era flaquita, pequeñita y bastante pálida sin embargo, portaba un delicioso vestido rojo puta apasionada ¡de PELUCHE! y bien cortito, el cual le dejaba ver buena parte de sus raquíticos muslos -pura envidia, lo confieso-; sus pantorrillas vestían unas envidiables botas de cuero negro con una punta de aguja "so nice". Finalmente, la muñquita remataba con un bolsito Gucci tan cute!
La sola presencia de esta niña era un ominoso hoyo negro que devoraba todo cuando la rodeaba. No obstante, cuando yo pensaba que todo estaba perdido, la rocolo importunó con el clásico Get it on mientras la muy putita improvisaba en la pista con movimientos tan a-go-gó... aquello fue simplemente maravilloso...devastación total para mi narcisítica personalidad.
Sí mis queridos lectores, la noche de ayer no fuí la charming star de siempre : (
Moraleja chicas: cuando se tiene estilo no hace falta una sinuosa cadera o unos descomunales pechos para causar un caos por donde pases...
Con cariño,
Matías
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